La soprano argentina Natalia Lemercier, tras una estimable carrera europea, acaba de hacer su debut en el Teatro Colón de Buenos Aires con un gran suceso. Terminadas las funciones, la ocasión fue propicia para la charla con esta talentosa e inteligente artista…

1- Tras el resonante éxito de su Condesa en Las Bodas de Fígaro en el Teatro Colón ¿Qué puede contarnos de esa experiencia ?

Antes que nada siento que es un sueño hecho realidad. Para mí, una simple muchacha nacida en una familia que no conocía nada de la opera, llegar a cantar en el Colón sin haber pasado por el Instituto de Arte sino a través de otro recorrido mucho mas largo y sacrificado, es un premio incomparable. Me encontré con muchas dificultades; nunca tuve becas ni ayuda económica alguna, ni mentores o protectores, ni grandes concursos ganados, ni agentes, solo una gran constancia o “tozudez” porque estaba convencida de que mi camino era una especie de alpinismo, (en comparación con otros cantantes que van por la escalera mecánica) pero gracias al sostén de mis maestros, Rosmarie Helf, Horacio Amauri y sobre todo la ultima, Franca Mattiucci, siento que he cumplido una de mis metas más importantes. Fue alucinante poder cantar en uno de los teatros más bellos del mundo, no solo por estética, sino por su acústica. Jamás tuve miedo de cantar en la sala. Hice 3 audiciones en el Colón, dos de ellas en la sala mayor, y senti que mi voz sonaba distinta, como con un baño de oro, sin necesidad de forzar nada…era magia pura. Es hermoso poder cantar asi, confiando en la sala. La Condesa de Mozart además se presta mucho al “canto sul fiato” por lo que no fue difícil afrontar este rol aquí. Otra razón es que yo ya lo había debutado… es uno de los roles que más he cantado. Como resultado final debo decir que fue una experiencia maravillosa y que espero poder volver pronto a cantar aquí.

2- En su repertorio se cuenta, además de Mozart, Donizetti y Verdi ¿Cómo se siente con esos autores? ¿Cómo encara sus personajes? ¿Cuáles son sus ventajas y sus desventajas?

Yo soy una soprano lírica de coloratura, por lo que es un problema el caracter y temperamento pasional que tengo (en un principio pensaban que podía ser una soprano spinto). He aprendido a amar el belcanto de Donizetti desde que estudié en Italia, y me enamoro no solo de la música sino de los personajes. El belcanto para mi fue encontrar el zapato de Cenicienta. Cuando antes cantaba roles mas pesados (he estudiado Butterfly, Trovatore, pero sin debutarlos) no encontraba el sonido que quería. Mi voz es naturalmente brillante por lo que encaja bien con Mozart y da lo mejor en Donizetti. De Verdi, que tomo como mi “techo” en este momento de mi carrera, he cantado muchísimo Violetta de “La traviata” y Gilda de “Rigoletto”. Solamente ahora, de a poco empiezo a ver Leonora de “Il trovatore”. En cuanto a los personajes, me gusta analizarlos, estudiarlos y darles algo de mí. Siento que cada uno de ellos tiene una parte de Natalia aunque yo me meto de lleno en el papel a la hora de cantar. Los personajes mozartianos son riquisimos para interpretar porque Mozart conocía muy bien a las mujeres. En cuanto a Donizetti, he pasado de la picardía de Adina y Norina a roles históricos como Lucrezia Borgia o Anna Bolena. En ese caso mi investigación es mas profunda. Leo biografías, trato de entender por qué un personaje era así, como se sentiría en ese momento.. a veces, como en los casos que cité, los personajes reales son distintos en el libreto operístico por lo que trato de llegar a un punto de encuentro entre lo que fue en realidad y lo que dice el libretista, pero tratando siempre de mostrar la humanidad y sobre todo la vulnerabilidad, que en el belcanto se nota tanto en las arias de “pazzia” o en melodías tan tocantes… En cuanto a Verdi, no hay palabras para describir la magia de su música. Con Traviata hice un estudio de más de 10 años del papel. Empecé de muy joven a estudiarla y cuando llego el momento del debut podía entender perfectamente a Violetta, pero una parte de mi, pensaba siempre “yo no hubiera renunciado”. Sufro mucho cuando la canto porque es muy vulnerable, pero con el tiempo aprendí a vivir el rol sin perder el control de mis emociones. Mi manera de entrar en el papel es encontrar algun elemento que me identifique con el personaje, desde el peinado, una joya, un abanico, etc…. Salgo del camarín y Natalia queda allí, el personaje se queda en escena todo el tiempo. Sólo así siento que hago justicia a la música y al texto, interpretando como actriz y cantante lo que los autores quisieron plasmar…. En cuanto a las ventajas y desventajas: Mozart hace siempre bien pero exige una técnica perfecta, sin ella no se puede cantar (al menos respetando el estilo). Donizetti es magia pura pero normalmente pone un aria grandísima al final de la ópera por lo que exige gran control del rol y “medirse” todo el tiempo para llegar vivos al final y a los sobreagudos! Verdi es peligroso por la emotividad y porque si se canta “empujando” o queriendo cargar más de lo que es, puede poner en peligro la voz. Yo afronto todos mis roles con la técnica del canto sul fiato, usando sólo más o menos apoyo para lograr mayor volumen cuando es requerido (como en Verdi por ejemplo, que pide un sonido mas lírico)

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3- Ud. ha frecuentado el universo de Mozart y Da Ponte ¿Cómo se siente en esos roles, musical y dramáticamente?

Empecé a cantar Mozart desde que inicié mis estudios de canto. Las bodas de Figaro fue la primera opera que estudié y sufrí. Sufría con el ataque de “Porgi amor” porque no sabía cómo hacerlo… sufría con “Sull’aria” porque no conocía el canto sul fiato… tenia 18 años!! Sin embargo con el tiempo me di cuenta de que calzaba perfectamente en mis cuerdas… a medida que tomaba confianza con la técnica afronté roles como Fiordiligi, Donna Elvira, y más recientemente la Reina de la Noche (todo un desafío) y Donna Anna. Me gustan las mujeres con carácter de Mozart. Me encantaría poder cantar Electra de Idomeneo, porque me enamoro del personaje, de las arias, de la tonalidad que Mozart elige, de la magia del texto, de los recitativos accompagnati… Es poder jugar con todas las facetas de una mujer. La Condesa por ejemplo somos todas las mujeres, todas hemos sufrido un abandono, una indiferencia… No sé si será método Stanislavksy o qué, pero es más fácil encontrar en cada rol algo que hemos ya vivido. Y la música está tan bien escrita que no es difícil poder cantar así. Y el drama mozartiano en mi caso, me cubre las necesidades de desahogar mi temperamento sin poner en riesgo la voz como sucedería metiéndome con autores más pesados.

4- Su carrera se ha desarrollado fuera de la Argentina también ¿Qué diferencias encuentra entre cantar en su país y fuera de él?

Recién ahora puedo decir que sé lo que es cantar en mi país, y en su teatro más importante. Es un reconocimiento enorme.

En Italia hay muchas más posibilidades, compañías pequeñas donde debutar, pero a veces el nivel puede ser menor. Igualmente yo siempre me he preparado como para los mayores teatros, y llegadas las oportunidades he podido afrontar desafíos como cantar en el Teatro Verdi di Bussetto, el Teatro Olimpico di Vicenza, etc, por nombrar algunos.

He sentido siempre el calor del público, en todos los lugares donde he cantado. El mayor, sin dudas, en China. Son fanáticos de la ópera! Pero cantar en casa es distinto, ya que además de ser “Profeta en tu tierra”, cosa que no siempre se puede, todo tiene otro sabor, porque el calor del público argentino es único.

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5- En su opinión ¿La lírica hoy está dominada por el Arte o por el mercado?

Pienso que más por el mercado. Me pongo una pregunta. Cuando hace un par de años buscábamos grabaciones para estudiar, todos nos remitíamos a cantantes del pasado, sobre todo de la década del 50 en adelante. Hoy en día, ¿quién osaría cantar con la grabación de algún cantante moderno? Son muy pocos. Veo que a veces surgen grandes nombres, que tal vez, no niego, tienen su talento, pero que rápidamente se convierten en DIVOS por una cuestión de marketing y se va perdiendo el cuidado por el trabajo bien hecho, se hacen grabaciones de todo, conciertos, etc, etc… Uno escucha un cd y luego en teatro el mismo cantante no se escucha… Ves cantantes que son más famosos por su belleza que por su trabajo… En ese sentido yo me considero una trabajadora al servicio de la música, y me siento responsable por tratar de hacer lo mejor posible todo lo que esta escrito, respetándolo al máximo. No soy la única que lo hace, es cierto, pero si quienes deberían ser nuestros “modelos” no lo son, qué podemos esperar del futuro de la ópera? Cantantes que cambian a roles más pesados antes de tiempo, carreras más cortas, enfermedades recurrentes, exceso de trabajo para algunos y escasez para otros… es muy triste…

6- ¿En su carrera ha tenido y seguido referentes, artistas modelo, o intentó siempre una visión personal?

Mi mito, y parecerá un cliché, pero es y será MARÍA CALLAS: ella para mi es la única DIVA de todos los tiempos… Su voz no era bella, pero su técnica, su “decir”, su manera de interpretar me inspiran constantemente. Para Mozart me apoyo en las versiones de ELISABETH SCHWARZKOPF. Con Donizetti , MARIELLA DEVIA, aunque la encuentro un poco fría a nivel interpretativo, pero es una “clase de canto”. MONTSERRAT CABALLÉ fue mi primera referente operística, cuando comencé a cantar… Corría 1992 y escuché “Barcelona”, mi profesora me dijo “Vos podés cantar como ella” y yo me reí… quién iba a decirlo? Mi repertorio es muy similar al suyo. En cuanto a lo interpretativo, aparte Maria Callas, mi vision es muy personal. Estudio mucho los roles de manera de poder justificar al regisseur el por qué de tal o cual cosa. Busco la coherencia. Me transformo en mis heroínas y doy todo lo que siento en ese momento. Es agotador psíquicamente, pero veo que lo que siento llega al público y eso no tiene precio.

7- Ud. también se dedica a la docencia ¿Cómo ve la formación de los cantantes de hoy en día?

Empecé hace poco a enseñar CANTO. Un par de años. Necesitaba saber que tenía las herramientas necesarias. Yo aun tengo mi maestra de canto (FRANCA MATTIUCCI) con quien preparo mis roles, y a quien pido consejo antes de aceptar algo. Es más que una Maestra de canto, es mi madre musical, una maestra de vida. Es una gran responsabilidad enseñar. Creo que la formación del cantante debería ser mas completa, mas de MÚSICO. Existe el mito de que el cantante es “menos músico” que un instrumentista por ejemplo, y no debería ser así. En mi caso, yo estudié piano, armonía, composición, y tengo una formación más amplia que recibí en el Instituto Superior de Música de Santa Fe, donde nos graduamos todos como PROFESORES DE MÚSICA con una especialidad (Canto en mi caso). El cantante de hoy tiene que tener una excelente lectura, ser capaz de estudiar solo, de leer a primera vista, de saberse la ópera completa, de no dudar ante nada, de conocer la armonía que lo ayuda a modular en un recitativo. Encuentro alumnos que estudian un aria sin recitativo, algunos que no saben la diferencia entre el “secco” y el “accompagnato”, dudas de idiomas… CANTAR no es fácil, pero no todos pueden ser cantantes. Es importante la presencia escénica, la ductilidad, el transmitir al público, muchos creen que por tener una bella voz y afinar un poco está todo hecho. Dar notas no es cantar.

Creo que hace falta un poco más de humildad y conciencia de que es una carrera dura y difícil y que hay que seguir estudiando constantemente. La Callas estudiaba todos los días. Yo, si bien a veces no canto todos los días, estudio de otra manera, con la partitura en mano, viendo el texto, memorizando, estudiando fiatos, etc. Creo que hace falta que el cantante busque, si le faltan cosas, recursos en otros lados. Clases privadas  de teatro, de solfeo, no sé, lo que sienta que le falte. Que no deje de investigar, que no se conforme con lo que tiene. Que escuche, que se grabe, que sea autocrítico. Sólo así podremos crecer. Creo que en Buenos Aires están los mejores maestros pero yo no puedo negar que la formación que traigo desde Santa Fe me hizo hacer muy buen papel aún en Europa.

8- ¿Cómo fue su camino desde su Rafaela natal hasta los escenarios Europeos o hasta su último suceso en el Colón?

Empecé a los 9 años a estudiar piano. Luego me fui a Santa Fe a seguir como pianista y por esas casualidades de la vida, por escuchar decir en un coro que mi voz era “muy chillona” me mandaron a estudiar canto. Terminada la universidad probé venir a Buenos Aires, pero el Instituto del Colón no reconocía mi título así que no pude seguir el posgrado. Decidí irme en 2003 a probarme al Concurso Viñas y no pasó nada. Estaba cantando el repertorio equivocado. Tenía un pasaje por un mes, pero me quede y pase 9 meses en España trabajando como baby sitter sin cantar porque no sabía como hacer ni con quién estudiar. Hasta que conocí a mi profesora Franca Mattiucci y cambió todo. La posibilidad de estudiar con ella en Turín, con una pequeña beca, siempre con otros trabajos (camarera, profesora de español, secretaria, etc) hasta que empecé a probar audiciones y obtener pequeños roles (Musetta en 2005, luego Gilda y Traviata). No fue fácil. No lo es tampoco ahora. Soy extranjera pero el problema no es ese. Sopranos (y buenas) somos muchas. La competencia es feroz. No existe la “meritocracia”. Se trabaja con agencias, y encontrar un agente o entrar en una agencia no es fácil. Eres buena (Brava)  pero… Siempre hay un pero: que ya hay muchas sopranos, que el repertorio, que si eres gorda, alta, baja, si tienes mas de 35 ya te empiezan a considerar “vieja”… en fin… Sigue la moda actual de buscar cantantes de 25 años, hacerles cantar “de todo” y terminar carreras en pocos años. Yo tuve paciencia y considero que mi carrera fue por pasitos pero lo logré todo sola, mediante audiciones, algún que otro concurso ganado, y siguiendo siempre el consejo de mi Maestra en la elección coherente de los roles que he cantado.

Mi ciclo hace 2 años me llevo a pensar que era el momento de que me escucharan otra vez en Argentina, y volví a audicionar, y todo cambio: empezaron a llegar las oportunidades (un pequeño rol en “La viuda alegre” en el Colon en 2011, Lucrezia Borgia y Don Giovanni en Chile en 2012, Bodas en 2013 en el Colón) Reconocieron mi trabajo y me dieron las oportunidades que necesitaba.

9- ¿Qué espera Natalia Lemercier de su carrera en el futuro?

Espero más oportunidades, de grandes o pequeños teatros. Espero el reconocimiento a mi trabajo que tomo muy seriamente y cumplo con gran responsabilidad. Jamás he llegado con un rol mal aprendido, con dudas, he respetado siempre colegas y dirigentes, quiero que se valore mi trabajo, mi experiencia, mi “arte”. Espero poder seguir mejorando y afrontar roles más difíciles, quiero seguir conmoviendo a la gente y transmitir lo que siento al cantar, rendir homenaje a la música como una fiel servidora del arte del canto.

10- ¿Cuáles son sus planes o compromisos que la esperan en el corto y mediano plazo?

Del 6 al 14 de setiembre estaré dando dos Master Class en Santa Fe; una para cantantes líricos y otra para coros, con repertorio operístico. El 15 de setiembre será el concierto final en el Teatro Municipal de Santa Fe. Luego del 19 al 22 de setiembre me espera el ansiado debut de uno de mis roles mas amados: ANNA BOLENA de Donizetti en Bahía Blanca. Posteriormente un par de conciertos en vías de definición, más clases y luego otra Master Class en Sevilla en noviembre. Estoy aún definiendo posibilidades para 2014 con varios teatros, y una posible tournée de Nozze di Figaro por España en diciembre 2013-enero 2014.

Prof Christian Lauria

Fuente: http://www.operaworld.es/entrevista-con-la-soprano-natalia-lemercier/

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