Estos últimos días he estado departiendo y compartiendo experiencias musicales con la enorme soprano argentina Natalia Lemercier (no porque mida más de dos metros, que no los mide, como casi nadie;) sino por su gran talla humana y musical) y han sido unos días muy divertidos, pues Natalia tiene un carácter que embelesa por su simpatía, es muy ameno escucharla y aprender de ella, rezumando inteligencia y sensibilidad por todos los poros.
Hemos trabajado diversas arias de Mozart, Donizetti, y hasta música de Ginastera y y he podido comprobar lo excepcional de su formación, que aúna estudios completos de teatro (pasión es la primera palabra que se lee en su web y la define a la perfección, interpreta los roles viviéndolos) y piano (es un placer que conozca su parte y mi parte, y que se refiera a ella en términos armónicos, algo que me resultó inédito y sorprendente, pues me indicó exactamente qué acorde en qué punto concreto, así como la he visto dar clase acompañando muchas arias ella misma al piano: brava, Natalia!).
Natalia Lemercier es gozo, es corazón, es pasión, como referí, es “gioia”, y cuando canta estremece, no por su pureza de ejecución, que es irreprochable (hay pocas cantantes más que se ciñan con tal respeto al texto, que conozcan la mensuración exacta de cada nota y que la realicen con tal grado de control), sino, además, por su entrega, su manera de vivir a lo Stanislawsky lo que interpreta, pues lo hace totalmente suyo hasta el punto de identificarse. Conecta al cien por cien! No es difícil ver a su público llorar en sus actuaciones. Ella llora también por dentro.
Acompañar a Natalia, además de un placer, es observar una lección viva de estudio, disciplina y trabajo, de saber hacer, en definitiva, no en vano ha atesorado tantas experiencias musicales, habiendo cantado por tantos países, gracias a su carácter trabajador y serio, cuando de música se tercia. Ahora está motivada y volcándose en estudiar el repertorio español. Gracias te damos los que amamos la música hispánica, Natalia: nos espera un futuro musical intenso!
Natalia, no cambies! Eres una persona humilde y buena que lo demuestras a cada instante en que nombras lo debido a tus mentores musicales. Sigue iluminando este viejo mundo con tu fiato sorprendente, tu coloratura ígnea, tu legato magistral, tu carisma sobre el escenario, tu hermoso brillo tímbrico, tu expresión aquilatada, tu potencia sonora, tu matización sublime, tu gusto sutil y tu manera de vivir y hacer vivir el canto! Necesitamos tu corazón para dar alma a más corazones en este planeta caótico que aspiran a la belleza y la paz.